Cuánto hemos esperado que sea verano. Todavía recuerdo perfectamente cuando quedaban meses y meses para que llegase. Las vacaciones de verano eran como un sueño, una ilusión y una esperanza; lo que motiva a seguir adelante,como la luz al final de un tunel negro.
¡Qué atrás quedan los días en que anochecia a media tarde! Poco a poco, los días comenzaron a estirarse, las horas de luz aumentaban y cambiamos la hora.
Recuerdo perfectamente como en pleno verano anochecía a las 10.30. Hoy los primeros avisos del atardecer serán a las 8.30.
Sólo estamos en septiembre y ya temo al ivierno, aquellos días en que "de noche" ya es al acabar las clases.
Lo más fascinante de todo es lo fugaz que resulta el verano y que, a pesar de todo, es el bonito recuerdo que nos ayuda a vivir el día a día para, año tras año, volver a disfrutarlo.